martes, 29 de diciembre de 2009

Diciembre 29 de 2009

Un sprint color verde de placas BHG824, al tratar de esquivar una buseta que iba lento, se abalanzó sobre la motocicleta en la que yo viajaba. No dió previo aviso de su intención, solamente giró la cabrilla cuando estaba junto a nosotros. Ver el guardabarros del carro a menos de 10 cm de mi pierna, me hizo estremecer.

Entre tanto, nuestra moto se tambaleó y afortunadamente el piloto logró mantener el equilibrio, evitando una caída segura. Los nervios, me han hecho temblar desde ese momento. Hace 30 minutos ya, que ocurrió el hecho. No sé si es el frío de la mañana o si es la angustia que sentí, pero no puedo dejar de estremecerme, no puedo dejar de pensar en lo que ha sido mi vida. Dicen que cuando se siente el momento del final uno ve pasar su vida al frente, como si fuese una película; hoy vi parte de mi vida, parte de lo que he hecho y he dejado de hacer, parte de lo que quiero en mi futuro, sentí el frío del túnel que lleva a esa luz tan temida que es la muerte.

“¿Porqué temerle a la muerte, si es lo único fijo que tenemos en nuestra vida? Es una etapa más que algún día debemos enfrentar, pero ¿porqué hoy? Aún faltan muchas cosas por hacer”, pensaba mientras trataba de bajarme de la moto para reponerme del suceso.

Estamos bien, al fin de cuentas nada grave nos pasó, fue sólo un susto...

1 comentario:

  1. Si, lo malo de las motos es que no hay casi escudo, pero me parecen un buen medio de transporte.

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